viernes, 23 de agosto de 2013

el silencio es el olvido

Se dice que la distancia es el olvido. Y en ciertas situaciones estoy de acuerdo. Pero reconozco que hay amistades que resisten esa distancia; porque puede que no se comente lo cotidiano, pero si lo importante sigue siendo compartido, el vínculo se mantiene.

Pero cuándo la distancia no es más que de cuatro calles, el silencio de lo cotidiano lleva al mutismo de lo importante. Y el vínculo comienza a resquebrajarse, podría hacerse sólido de nuevo; pero cuándo el tiempo pasa, se pierde el interés, te preguntas si tiene sentido intentar retomar algo, que quizás nunca existió.

Y es que la sensación de qué has estado dando más de lo que recibías, hace que llegue un punto en qué te preguntes ¿y si ya es hora no dar nada más?