domingo, 30 de noviembre de 2008

dragó entre sollozos

Esta mañana, a las 10 de la mañana, quiénes estábamos escuchando Onda Cero, hemos asistido a uno de los momentos radiofónicos más extravagantes que puedo recordar.

A esa hora, el programa de Isabel Gemio cuenta con la colaboración de Sánchez-Dragó, para comentar la situación actual del país, tanto política, como económica o de cualquier otra índole que sea noticia, mientras llaman a particulares para hacerle ciertas preguntas sobre los mismos temas.

Pues el caso es que en el momento que conectan con 'Don Fernando', a éste se le oye como acatarrado, y ante las preguntas de 'la Gemio', entre sollozos y moqueos explica que su gato murió el día anterior. El estupor se hizo dueño del programa y como 'la Gemio' es tan sensible, se han pasado media hora comentando la tragedia.

No quiero que se malinterprete, no niego el dolor de perder a un animal que lleva con uno muchos años, eso lo respeto y lo comprendo. Pero que se haga un espectáculo de eso en una radio nacional me parece algo totalmente diferente. El señor Dragó, debería haber dicho que se ausentaba del programa por problemas personales o cualquier otra disculpa.

Pero es que, un hombre de setenta y tantos años, que cree en la reencarnación, en que la muerte es solo un estado de transición y demás, no debería de comportarse de esa manera.

¿O es que todo es una pose?


En cuanto esté subido a la página de Onda Cero lo 'linkearé'. (hecho)

'la ola' IV

4. Poder a través del orgullo.
Las cosas fuera de control.
El jueves empecé a dirigir mi Experimento hacia su etapa final. Estaba cansado y preocupado. Muchos alumnos habían sobrepasado los límites, llegando a convertirse la Tercera Ola en el centro de sus vidas. Yo mismo estaba en una condición bastante precaria, actuando instintivamente como un dictador, pero, con benevolencia, me convencía a mí mismo de los beneficios de esta experiencia. Ya en este cuarto día estaba empezando a olvidar mis propios argumentos. Mientras más tiempo dedicaba a jugar mi papel, menos tiempo tenía para recordar el origen y las razones del Experimento. Me sorprendí a mí mismo desempeñando un papel aunque no fuese necesario y me pregunto si esto no le sucede a mucha gente: Nos auto-asignamos roles determinados y después hacemos todo lo posible por hacer creer que realmente somos lo que aparentamos. Luego, esa imagen es la única identidad nuestra que la gente acepta. En esa forma, llegamos a convertirnos en una imagen. El problema con la situación y el rol que me había creado fue no haber tenido tiempo para pensar hacia dónde me estaba llevando. Los acontecimientos se entrechocaban a mí alrededor y yo temía por mis alumnos, que hacían cosas que lamentarían más tarde. Temía también por mí mismo.
Una vez más me encontré pensando en concluir el Experimento o hacerlo caer por su propio peso, pero ambos caminos eran impracticables, pues si paraba el Experimento, un gran número de alumnos quedaría abandonado; Se habían comprometido profundamente con este nuevo comportamiento, se habían expuesto emocional y psicológicamente. Si yo los regresaba bruscamente a la realidad, tendría que vérmelas con un grupo muy confundido, por el resto del año. Habría sido muy doloroso y degradante, para Roberto y los alumnos como él, hacerlos volver a sus puestos y decirles que sólo habla sido un juego; los alumnos más brillantes también habrían quedado en ridículo. Yo no podía dejar que los Robertos perdieran otra vez.
La otra opción, la de dejar caer el Experimento por su propio peso, también estaba fuera de las posibilidades. Las cosas estaban ya fuera de control.

La gota final.
El miércoles, al atardecer, alguien había irrumpido en la sala, registrándolo todo. Más tarde supe que se trataba del padre de uno de mis alumnos, un coronel de la Fuerza Aérea que había estado un tiempo prisionero en un campo de concentración alemán. Al saber acerca de nuestras actividades, simplemente perdió el control de sus actos y, tarde en la noche, entró en la sala haciéndola pedazos. A la mañana siguiente lo encontré recargado contra la puerta. Me habló de sus amigos asesinados en Alemania, mientras me agarraba, temblando, y, con palabras entrecortadas, me rogó que lo entendiera y ayudara a regresar a su casa. Llamé a su esposa y, con la ayuda de un vecino, lo llevé a su casa. Durante horas hablamos sobre lo que él sentía y hacía. Desde ese momento, en la mañana del jueves, estaba más preocupado aún con lo que estaba ocurriendo en el colegio. Nuestra actividad estaba afectando a la facultad y a otros estudiantes. La Tercera Ola estaba interfiriendo la enseñanza, ya que algunos estudiantes faltaban a otras clases para participar con nosotros. La dirección interrogaba a los alumnos acerca de sus actividades. Se ponía en funcionamiento una verdadera Gestapo.

Preparando el final.
Al enfrentarme al Experimento y ver cómo parecía estallar éste en todas direcciones, decidí usar una vieja estrategia de básquetbol: cuando un jugador lucha contra todos sus adversarios, lo mejor es intentar el elemento sorpresa. Y eso fue lo que hice.

Ya el jueves el curso había aumentado a ochenta personas. Lo único que les permitía a todos caber en la sala era la disciplina impuesta, que consistía en sentarse en silencio, en la posición de atención. Había una calma extraña en una pieza llena de gente sentada en silencio y observando con expectación. Eso me ayudaba a acercarme a ellos según lo planeado. En ese momento les dije solemnemente: "El orgullo es mucho más que saludos y banderas. Es algo que nadie puede quitarles. Es saber que tú, o tú, eres el mejor y no puedes ser destruido".

En el clímax de la reunión, cambié abruptamente el tono de voz, bajándola, para anunciar la verdadera razón de ser de la Tercera Ola y, de una manera lenta y metódica, les expliqué qué había detrás de la Tercera Ola, "La Tercera Ola no es sólo un experimento o una actividad escolar, es mucho más importante que eso. La Tercera Ola es un programa organizado a través de todo el país para buscar alumnos que quieran luchar por obtener cambios políticos. Es verdad. Esta actividad que hemos estado realizando ha sido una práctica para lo que luego va a ser una realidad. A través del país, profesores como yo, han estado instruyendo y entrenando una joven brigada, capaz de mostrar a toda la nación una mejor y nueva sociedad, mediante la Disciplina, la Comunidad, el Orgullo y la Acción. Si cambiamos la forma en que se maneja esta escuela, podremos cambiar la forma en que se manejan las fábricas, las tiendas, las universidades, y todo tipo de instituciones. Uds. son un grupo selecto de gente joven, elegidos para colaborar en esta causa. Si Uds. se levantan y muestran lo que han aprendido en estos últimos cuatro días, podremos cambiar el destino de esta nación. Podremos darle un nuevo sentido del orden de la comunidad, del orgullo y de la acción: una nueva tarea. Todo se apoya y descansa en Uds. y sus deseos por ocupar un lugar".

Para dar validez y seriedad a mis palabras, miré a las tres mujeres del curso, que yo sabía habían dudado de la Tercera Ola, y les ordené que abandonaran la sala. Expliqué por qué lo había hecho y luego designé a cuatro guardias que las escoltarían a la biblioteca e impedirían que entraran a la sala el viernes. Luego, con gran dramatismo, informé al grupo acerca de una concentración especial que se llevaría a cabo el día siguiente. Esta sería una concentración solamente para los miembros de la Tercera Ola.

Era un juego macabro. Yo seguía hablando, con miedo de que, si me detenía, alguien pudiera reírse o hacerme alguna pregunta, con lo que toda la gran escena se disolvería y sería el caos. Expliqué cómo el viernes, a mediodía, un candidato nacional a la presidencia anunciaría la formación de un programa juvenil de la Tercera Ola. Simultáneamente a este anuncio, más de mil grupos de jóvenes de todas partes del país harían demostraciones de apoyo a este movimiento y les revelé que ellos eran los seleccionados para representar esta área. También les encargué hacer una buena presentación porque la prensa habla sido invitada a grabar este acontecimiento.

Nadie se rió. No hubo ni un murmullo de resistencia, por el contrario, sus rostros se iluminaron ponla excitación y preguntaron: "¿Usaremos camisas blancas? ¿Podremos traer amigos? Señor Jones, ¿ese anuncio lo vio en la revista 'Timé'?"

El detalle de la revista sucedió accidentalmente: era una página entera, a todo color, haciendo propaganda a unos productos madereros. El publicista identificó su producto como la "Tercera Ola". La propaganda rezaba, en grandes letras azules, rojas y blancas: "Viene la Tercera Ola". Los alumnos preguntaron: "¿Es esto parte de la campaña, señor Jones? ¿Es una clave, o algo así?" "Si, les dije, escuchen bien. Está todo listo para mañana. Deben acudir todos al auditorio pequeño, a las 11:50 horas, sentarse y estar listos para mostrar la Disciplina, Comunidad y Orgullo que han aprendido. No deben hablar a nadie acerca de esto. Esta concentración es solamente para miembros".

sábado, 29 de noviembre de 2008

'la ola' III

3. Poder a través de la acción.
Tarjetas de socio.
El miércoles decidí entregar tarjetas de socio a cada estudiante que quisiera continuar con lo que empecé a llamar el Experimento. Nadie se manifestó con deseos de abandonarlo. En este tercer día de actividades había 43 alumnos en la sala. Trece muchachos habían dejado otros cursos para integrarse al Experimento. Mientras estaban todos sentados en la posición "correcta", entregué a cada uno una tarjeta y, marcando con una equis roja tres de ellas, informé a los receptores que tenían una misión especial, consistente en denunciar a aquellos alumnos que no cumplieran con las reglas. Luego, les hablé acerca del significado de la acción. Expliqué cómo disciplina y comunidad carecían de significado sin la acción; me referí a la maravilla que encerraba la responsabilidad total de las acciones individuales les hablé de la confianza en uno mismo, la comunidad y la familia, instituciones que debían protegerse y preservarse a cualquier costo. Puse el acento en el trabajo duro y la mutua lealtad, que hacían posible el rápido aprendizaje y el logro de los objetivos. Les hice sentir cómo la competencia producía temor v degradaba a les individuos, despertando en ellos sentimientos de compasión, sensación de inutilidad, de no-pertenencia y de falta de apoyo. A este punto, los alumnos comenzaron a pararse voluntariamente y a hacer declaraciones como: "Sr. Jones, por primera vez estoy aprendiendo muchas cosas" "Sr. Jones, ¿por qué no enseña así siempre?" Yo estaba perplejo. Estaba atiborrándolos de información y en una forma tan coercitiva, que el hecho de que lo encontraran cómodo y aceptable era sorprendente. Era igualmente desconcertante descubrir que el tiempo necesario y la complejidad de la tarea acerca de la vida alemana eran tan vastos y, sin embargo, era completada e incluso ampliada por los estudiantes. El rendimiento académico había mejorado significativamente, estaban aprendiendo más y pedían más aún. Comencé a pensar que los alumnos harían todo lo que les pidiese y decidí hacer la prueba. Para permitirles una experiencia directa, di a cada uno una tarea específica: Diseñar una bandera de la Tercera Ola y responsabilizarse de impedir el ingreso a la sala a los extraños. Recordar y ser capaz de repetir para el día siguiente, de memoria, el nombre y la dirección de cada miembro de la Tercera Ola. Cada alumno recibió la responsabilidad de entrenar y convencer a, por lo menos, veinte muchachos de la escuela básica. Cada uno de los alumnos debía dame el nombre y la dirección de un amigo en el que se pudiera confiar y que quisiera participar en la organización. Para concluir esa sesión de acción directa, instruí a algunos alumnos acerca de una forma más simple de reclutar nuevos miembros, consistente en que cada miembro nuevo solamente tenía que ser recomendado por otro antiguo y yo le daría una tarjeta. Cuando la recibiera, debía demostrar conocimiento acerca de nuestras reglas y obedecerlas. Mi proposición fue acogida con entusiasmo. La curiosidad se apoderó del colegio, afectando a todo el mundo. El cocinero me preguntó cómo debía ser un pastel de la Tercera Ola y, le respondí "Igual a una rosca de chocolate, naturalmente". El director, en una reunión de profesores, me saludó a la manera de la Tercera Ola y le devolví el saludo. La bibliotecaria me agradeció nuestro esquema de aprendizaje, escrito en un gran pliego de treinta pies y lo puso sobre la entrada de la biblioteca. Al final del día, fueron admitidos más de doscientos alumnos en el nuevo orden. Mientras tanto, yo me sentía muy solo y un poco asustado.

Los soplones.
Mi mayor temor fue provocado por el incidente de los soplones. Si bien yo designé formalmente a tres alumnos para que me informasen de los casos de comportamiento desviado, aproximadamente veinte personas se acercaron a mí con informes del tipo de: "Alan no saludó", "Georgina estaba criticando el Experimento", etc. Este incidente de los chismes significaba que ya la mitad del grupo consideraba su deber observar y delatar a otros miembros de su propio grupo. Junto con esta avalancha de informes, parecía avecinarse una conspiración de verdad. Tres muchachas de la clase habían contado todo a sus padres acerca de las actividades del colegio. Estas alumnas eran, con creces, las más aventajadas de la clase y andaban siempre juntas; además, tenían en común su gusto por el liderazgo. Durante el Experimento, me preguntaba cómo responderían a la idea de igualdad entre los integrantes del grupo. Las recompensas a que ellas estaban acostumbradas no tenían cabida en el Experimento. Las cualidades intelectuales como el razonamiento, no existían para nosotros. En la atmósfera marcial de la clase, parecían mantenerse al margen. Ahora que veo retrospectivamente el Experimento, ellas me parecían entonces como esos alumnos con dificultades en el aprendizaje. Observaban las actividades, participando mecánicamente mientras el resto se mostraba entusiasta, ellas se introvertían, limitándose a observar. Al contar a sus padres lo del Experimento, provocaron una breve cadena de acontecimientos. Un rabino me llamó de parte de uno de los padres, siendo cortés y condescendiente: Le dije que sólo estábamos estudiando la personalidad alemana y se mostró satisfecho, dándome a entender que no me preocupara, pues él se encargaría de llamar a los padres para tranquilizarlos. Al concluir esta conversación, pensé en cuántas veces, a través de la historia, había habido conversaciones similares en las que la iglesia aceptó y pidió excusas por entrometerse. Si el rabino se hubiera encolerizado o, simplemente, hubiera investigado la situación, yo podría haber demostrado a mis alumnos una forma concreta y correcta de rebelión. Pero no, el rabino se convirtió en una parte del Experimento; al ignorar la opresión, pasó a ser cómplice.

El guardaespaldas.
Al terminar el tercer día estaba agotado, me estaba desmoronando, El equilibrio entre el papel que jugaba y el comportamiento real, llegó a ser difícil de distinguir. Muchos alumnos eran auténticos miembros de la Tercera Ola y exigían a los demás estricta obediencia a las reglas, desaprobando a aquellos que tomaban el Experimento a la ligera. Otros, simplemente, se sumergían en las actividades, auto-asignándose tareas. Me acuerdo en especial de Roberto, un muchacho grande para su edad y con pocas cualidades académicas. Se empeñaba más que otros para salir adelante; entregaba detallados informes semanales, copiados, palabra por palabra, de las enciclopedias de la biblioteca. Roberto era de aquellos muchachos que no causan problemas, no son brillantes, no pueden formar parte de equipos deportivos y no llaman la atención entre sus compañeros. Están perdidos, son invisibles. La única razón por la que llegué a conocer a Roberto fue porque siempre lo encontraba comiendo en la sala, siempre solo. La Tercera Ola le dio a Roberto un lugar en el colegio. Por lo menos, era igual a todo el mundo, hacer algo que tuviese un significado: eso era exactamente lo que hacía Roberto. El miércoles por la tarde lo encontré siguiéndome y le pregunté qué demonios hacia. Sonrió (no creo haberlo visto sonreír antes) y anunció: "Sr. Jones, soy un guardaespaldas. Tengo miedo que le suceda algo. ¿Puedo hacerlo, Sr. Jones, por favor?" No pude negarme ante esa sonrisa, y, así, tenía un guardaespaldas. Durante todo el día, él abría y cerraba las puertas por mí, caminaba siempre a mi derecha, sonreía y saludaba a los compañeros de curso, me seguía a todas partes. En la sala de profesores (vedada a los alumnos), se paraba silencioso y atento, mientras yo bebía mi café. Cuando un profesor de inglés le llamó la atención por estar ahí, sonrió y dijo: "Yo no soy un alumno, soy guardaespaldas".

viernes, 28 de noviembre de 2008

'la ola' II

2. Poder a través de la comunidad.
Primera lección práctica.

El martes, segundo día del experimento, entré a la sala encontrando a todo el grupo sentado en silencio, en la posición de atención. Algunos rostros se veían relajados por sonrisas destinadas a agradar al profesor, pero la mayoría de los alumnos miraba fijamente, mostrando una profunda concentración, con los músculos del cuello rígidos y sin el menor rastro de una sonrisa o de un pensamiento, ni siquiera de una interrogación, tensas cada una de sus fibras, ejecutando su papel. Para librarlos de la tensión, me acerqué a la pizarra y escribí con grandes letras: "PODER A TRAVÉS DE LA DISCIPLINA" y, bajo esta frase, escribí una segunda máxima: "PODER A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD".

Mientras el grupo permanecía sentado en profundo silencio, comencé a sermonearlo acerca del valor de la comunidad. A este punto del juego, pensaba en mi fuero interno si debía parar el experimento, o continuar con él. No me había esperado semejante intensidad ni sumisión. De hecho, me sorprendía ver cómo las ideas acerca de la disciplina estaban completamente estatuidas. Mientras seguía planteándome si continuar o no con todo eso, seguí hablando acerca de la comunidad. Inventé historias acerca de mi experiencia como atleta, como entrenador deportivo y como profesor de historia. Había sido una experiencia fácil. La comunidad es ese vínculo entre los individuos que trabajan y luchan juntos, es sentir que se es parte de algo que está más allá de uno mismo, un movimiento, un equipo, la raza, una causa.
Ya era tarde para retroceder, (Ahora puedo comprender por qué el astrónomo mira inexorablemente a través del telescopio). Estaba sondeando cada vez más profundamente en mis percepciones y motivaciones acerca de la acción de grupos y la acción individual. Y aún quedaba mucho por ver y entender. Numerosas preguntas me asaltaban: ¿Por qué los estudiantes aceptaban la autoridad que estaba imponiéndoles? ¿Dónde había quedado su curiosidad o resistencia ante el comportamiento marcial? ¿Cuándo y cómo terminaría todo esto?
Siguiendo con mi descripción de comunidad, dije a mis alumnos que, al igual que la disciplina, las ideas sobre comunidad debían ser experimentadas para ser comprendidas. Para ejemplificar la idea de comunidad, les hice repetir al unísono: "Poder a través de la Disciplina". "Poder a través de la Comunidad". Al comienzo, hice dirigir el coro a dos estudiantes, parados frente al grupo, luego fui agregando estudiantes, hasta que, finalmente, toda la clase recitaba de pie. Fue muy curioso, los alumnos comenzaron a mirarse unos a otros, sintiendo el poder de la pertenencia. Estaban haciendo algo juntos.

Trabajamos en este simple ejercicio durante todo el período de la clase, repitiendo los lemas en coro, diciéndolos con distintas intensidades, siempre juntos, enfatizando, al mismo tiempo, la forma correcta de sentarse, de pararse, de hablar.

Comencé a sentirme a mí mismo como parte integrante del experimento, gozaba con la unidad que demostraban mis alumnos, era gratificante ver su satisfacción y su deseo de seguir adelante. En cuanto a mí, me era cada vez más difícil sustraerme de la situación y la identificación que estaba desarrollando la clase; estaba siguiendo el dictamen del grupo de la misma forma en que lo estaba dirigiendo.

El saludo.
Cuando ya terminaba el periodo y sin ningún oculto propósito, creé un saludo que era sólo para los miembros del grupo. Para hacer este saludo, se levantaba la mano derecha a la altura del hombro, en una posición curvada, como cuchara. Lo denominé el saludo de la Tercera Ola, pues la mano parecía la cresta de una ola a punto de estallar. La idea del número tres surgió de la marea, en que las olas se forman en cadena, siendo la tercera la última de cada serie y la mayor.
Desde que inventamos el saludo, hice de él una regla para saludar a todos los miembros de la clase, incluso fuera de la sala. Cuando sonó la campana indicando el fin de período, pedí al grupo absoluto silencio y, frente a todos los alumnos sentados en la posición de atención, levanté lentamente mi brazo y, curvando la mano, los saludé. Fue una señal silenciosa de reconocimiento e indicaba que ellos eran algo especial que los distinguía del resto de la gente. Sin que mediara ninguna orden, el grupo completo me devolvió el saludo. Desde ese día, mis alumnos, dondequiera que se encontraran, intercambiaban este saludo en las canchas de deportes, en la biblioteca, en la cafetería, en que se produjo un pequeño accidente con las bandejas, se veía a mis alumnos intercambiando esa extraña jerga. El misterio de treinta individuos que hacían esta curiosa pirueta, pronto llamó la atención de los demás hacia el grupo y su experimento sobre la personalidad alemana. Muchos estudiantes de otros cursos pidieron integrarse.

jueves, 27 de noviembre de 2008

tarde, pero llega

Hace muchos años que India y Pakistán están en un continuo enfrentamiento por Cachemira. Podríamos enumerar los ataques terroristas en India, y no sería una lista corta.

Y normalmente, estas noticias ocupan un lugar en la segunda parte de los noticiarios, allí donde se resumen esos acontecimientos que a casi nadie le interesan lo suficiente para dedicarle más de dos minutos.

Pero este ataque, el de ayer, fue diferente. Por fin ha abierto los telediarios, ha sido portada de los periódicos, incluso Alsina hoy ha abierto su programa con este tema y con la gravedad de lo que allí está pasando. Llega tarde pero llega, por fin somos conscientes de que el mundo no termina en los Pirineos.

Espera, que no me había dado cuenta, todo este revuelo es porque Esperancita estaba allí. Aisss, vamos a tener que asegurarnos de que haya un presidente de comunidad o algo así cada vez que haya un atentado, para que la gente se entere de lo que está pasando más allá de sus narices.

'la ola'

Mañana se estrena "La ola", "Die Welle" en su alemán original. He de reconocer que no conocía la existencia de esta película hasta entrado este mes, pero desde que oí hablar de ella me ha interesado bastante, así que si mi apretado horario me lo permite no tardaré demasiado en ir a verla. Aquí dejo un breve resumencillo de la mano de Filmaffinity:

"En otoño de 1967 Ron Jones, un profesor de historia de un instituto de Palo Alto en California, no tuvo respuesta para la pregunta de uno de sus alumnos: ¿Cómo es posible que el pueblo alemán alegue ignorancia a la masacre del pueblo judío? En ese momento Jones decidió hacer un experimento con sus alumnos: instituyó un régimen de extrema disciplina en su clase, restringiéndoles sus libertades y haciéndoles formar en unidad. El nombre de este movimiento fue The Third Wave. Ante el asombro del profesor, los alumnos se entusiamaron hasta tal punto que a los pocos días empezaron a espiarse unos a otros y a acosar a los que no querían unirse a su grupo. Al quinto día Ron Jones se vió obligado a acabar con el experimento antes de que llegara más lejos.

El director alemán Dennis Gansel (Napola) ha trasladado esta experiencia a nuestros días y a su tierra natal: Alemania. Esta vez es el profesor quien hace la pregunta a sus alumnos: ¿Creéis que es imposible que otra dictadura vuelva a implantarse en Alemania? Y comienza el experimento… Presentada en Sundance, "Die Welle" fue nº1 en la taquilla alemana."

Y aquí el trailer:


Pero lo que más me llamó la atención de esta historia fue el hecho de que hubiera pasado realmente, al menos en parte; hasta que no vea la película no se hasta que punto se ha sido fiel al suceso real o sea ha exagerado en pro de la espectacularidad.

El caso es que he encontrado un resumencillo sobre lo que pasó realmente en 1967, contado por el propio profesor Jones y me parece de lo más interesante. Así que lo iré posteando a trozos, porque aunque no es muy largo, no es plan de saturar esto :P

1. Poder a través de la disciplina.
Inicios.

El lunes introduje a mis alumnos de historia de segundo año a una de las experiencias que caracterizaron a la Alemania nazi: la disciplina. Les hablé acerca de la belleza de la disciplina; de cómo se siente un atleta al haber trabajado dura y regularmente para tener éxito en el deporte; de cómo se empeña un bailarín o un pintor para perfeccionar un movimiento; de la tenaz paciencia de un científico en la prosecución de una idea; acerca del poder del deseo; acerca del uso del esfuerzo físico para el logro de habilidades mentales y físicas superiores; acerca del triunfo final. Para experimentar el poder de la disciplina, sugerí (no, exigí) a la clase el ejercicio y uso de una nueva forma de sentarse. Les expliqué cómo una manera correcta de sentarse ayuda a la concentración y fortalece los deseos, Concretamente, les impuse una posición para sentarse que comenzaba por mantener los pies firmes contra el suelo y las manos estiradas, cruzadas en la espalda, a fin de lograr una posición recta de la columna. "Así respiran más fácilmente y están más atentos. ¿No se sienten mejor?". Practicamos una y otra vez esta nueva posición de atención.
Caminé por los pasillos señalando los pequeños defectos y corrigiéndolos. La forma manera de sentarse se transformó en el aspecto más importante del aprendizaje. Di por terminada la clase haciéndoles dejar sus escritorios y luego, abruptamente, haciéndoles regresar a la posición de atención. Rápidamente, la clase aprendió a cambiar de la posición de pie a la de atención, sentándose en quince segundos. Centré la preocupación en que los pies estuvieran paralelos y planos, los tobillos juntos, las rodillas dobladas en un ángulo de noventa grados, las manos estiradas, cruzadas en la espalda, la columna recta, el mentón pegado al pecho y la cara de frente. Hicimos ejercicios sonoros en que la conversación era permitida sólo para demostrar que era una distracción. A los pocos minutos de ejercicios progresivos, el grupo podía cambiar desde una posición de pie, fuera de la sala, a una posición sedente, junto a sus escritorios, sin hacer ruido; la maniobra completa sólo nos tomaba cinco segundos.

Primeros resultados.

Me extrañaba ver la rapidez con que los alumnos adoptaron ese código de comportamiento uniforme. Comencé a preguntarme hasta dónde podían ser llevados. ¿Era esta obediencia un juego momentáneo, al que todos estábamos jugando, o había algo más? ¿Era una necesidad natural el deseo de disciplina y uniformidad, un instinto social que escondíamos tras nuestros restoranes informales o los programas de televisión? Decidí probar la tolerancia del grupo hacia la acción reglamentada. En los últimos veinticinco minutos de la clase, introduje algunas reglas nuevas: los alumnos debían permanecer sentados en la posición de atención hasta el último sonido de la campana. Todos debían tener un papel y lápiz para tomar apuntes. Al formular una pregunta o al responder, debían ponerse de pie junto al escritorio, y la primera palabra debía ser: "Sr. Jones". Tuvimos una breve sesión de "lectura silenciosa". Los alumnos que no se atenían a esas normas eran sancionados y se les hacía repetir las reglas hasta que se convirtieran en un modelo de puntualidad y respeto. La intensidad de la respuesta llegó a ser más importante que el contenido mismo de ella y, para resaltar lo anterior, hice preguntas que debían ser respondidas en tres palabras, o menos. Estimulé a mis alumnos a que hicieran un gran esfuerzo al preguntar o responder algo y también les enseñé a actuar de manera rápida y cortés. Muy pronto comenzaron a surgir preguntas y respuestas. El nivel de compromiso pasó de los pocos que siempre dominaban las discusiones, a todo el grupo. Al mismo tiempo, era extraño el gradual perfeccionamiento en la calidad de las respuestas. Cada uno parecía escuchar más atentamente; eran nuevas personas las que hablaban. Las respuestas comenzaron a ser más largas a medida que los alumnos, por lo general reacios a hablar, se sentían seguros, gracias a su propio esfuerzo. Por mi parte, en este experimento yo sólo me hacía preguntas: ¿Por qué no había pensado antes en esta técnica? Los alumnos se veían interesados en el asunto y repetían cuidadosamente hechos y conceptos. Incluso, parecía que planteaban mejores preguntas y entre ellos se trataban con más consideración, ¿Cómo era posible? Yo estaba creando un ambiente de aprendizaje autoritario y éste, parecía ser muy productivo. Comencé, entonces, a ponderar no sólo hasta dónde podía arrastrar al grupo, sino también hasta qué punto esto iba a cambiar mis creencias básicas acerca del aprendizaje libre y autodirigido. ¿Acaso desaparecería mi fe en Carl Rogers? ¿Hacia dónde me estaba llevando este experimento?


continuará...

miércoles, 26 de noviembre de 2008

artículo de lujo

Me pregunto desde cuando el intermitente se ha convertido en artículo de lujo. Porque mi coche ya tiene unos añitos sí, pero vaya que tampoco es una antiguaya. Pero por lo que veo en la carretera a diario, ahora los coches no lo traen de serie.

Y resulta de lo más complicado conducir así, no se como la gente se apaña... ¿no se sentirán mal por hacer que quién va detrás de ellos tenga que pegar un frenazo para no comérselos? ¿tendremos que empezar a suponer que todo el mundo va a girar por si acaso?

En fin, que con lo fácil que es darle a la palanquita.

lunes, 24 de noviembre de 2008

qué difícil es perder

Este fin de semana tuvo lugar un gran acontecimiento deportivo, España ganó la Copa Davis por primera vez a domicilio. Y yo me alegro por ello.

Pero en esta clase de acontecimientos, no puedo evitar fijarme siempre en el perdedor. Quizás porque se muy bien lo que es eso, o simplemente puede que sea un poco de lástima.

El caso es que yo no creo que sea la persona más adecuada para analizar el por qué de la derrota argentina cuando supuestamente lo tenían todo a favor; así que aquí dejo dicho análisis desde la propia Argentina.

"La derrota de la Argentina contra España en la final de la Copa Davis va a quedar como uno de los hechos de impacto más profundo en la historia del tenis nacional. El desenlace de la serie derivó hasta en un desagradable episodio en la conferencia de prensa en la que entrevistados y entrevistadores se pasaron facturas con reproches discriminados. Las derrotas tienen para el deporte argentino un contexto de tragedia calcadas unas de otras. De tan conocida la situación flota la sensación de visitar un espacio conocido. Ya hemos estado aquí. Aunque esta vez hay matices de sobra.

Nunca esta final de la Copa Davis fue un acontecimiento para celebrar. Fue un padecimiento. Así empezó y así terminó. La final de las Copa Davis en la Argentina fue tantas cosas al mismo tiempo, se le buscó tantos significados posibles en nombre de la “copa en casa”, que el motor central de este duelo fue apenas un dato accesorio: un enfrentamiento deportivo que requería inteligencia, preparación e ideas frescas. No cabezas enrolladas en conflictos endogámicos. La final de la Copa Davis debía ser un gran negocio, una oportunidad para instalar una ciudad en el mapa mundial, un acto político patrocinado, una ocasión para invitar amigos y clientes y allá a lo lejos, bien atrás, un hecho deportivo. La final contra España quedó perdida en medio de esa ensalada de deseos y necesidades.

Puestos ya en Mar del Plata, muchos de los actores de este choque contra España, solamente esperaban el momento de terminar con esta pesadilla. ¿Cómo puede un hecho tan mágico e irrepetible como una definición de local de la Copa Davis se transformó en una batalla de egos y poderes de la que todos querían escapar? No se sabe, pero lo hemos logrado. Los objetivos de los tenistas nunca fueron comunes y es necesario que lo sean. Los flamantes campeones de la Copa Davis estuvieron enemistados y ofendidos con los dirigentes de la Real Federación Española de Tenis, pero no entre ellos. Emilio Sánchez Vicario quedará como uno de los personajes más simpáticos y amables que haya pasado por la Argentina deportiva, pero su modo de conducir y de mediar en los conflictos debe servir de ejemplo.

Los problemas no son los intereses particulares sino cómo se hace para minimizar su impacto. Tuvimos una Copa Davis en la que lo bueno para David Nalbandian no lo era para Juan Martín Del Potro. Nalbandian quería una cancha más rápida y Del Potro una de cemento. Del Potro iba a llegar el sábado a la noche y arribó el lunes al mediodía. Cuando José Acasuso peleaba contra Fernando Verdasco y sus propios nervios para que la Argentina siga en la final, entre Nalbandian y Del Potro había cuatro personas de separación. Dos grados menos, según el jueguito que circula por internet, que podría haber entre el lector de este post y Barack Obama.

Por eso todo terminó como vimos. Porque nunca una derrota puede ser simplemente eso. La previa contribuye bastante a que eso no pudiera ser así. La Argentina en tenis tiene prestigio y respeto a pesar de todo. Desde 2002, cuando volvió al Grupo Mundial, jamás tuvo que ir a un repechaje para mantener la categoría. Consiguió dos finales (2006 y 2008) y tres semifinales (2002, 2003 y 2005). Pero esos resultados a la vista precisan, rápido, un nuevo modo de abordar estos compromisos. Una nueva manera de bajar la intensidad de los enfrentamientos ya que la historia del tenis argentino demuestra con creces que es algo que no se puede evitar.

¿Seguirá David Nalbandian en la Copa Davis? Deportivamente tiene mucho para ofrecer, pero una de las necesidades del equipo futuro es cambiar y para eso precisa que Nalbandian cambie. Su estilo de liderazgo dejó muchas heridas y tampoco es cuestión de mantener el método con un cambio de nombres. ¿Podrá cambiar Nalbandian después de tanto zumbido interno?

La Argentina en la Copa Davis dejó pasar una oportunidad única. Habrá otras, puede ser. Surgirán otras raquetas, quizás. Pero esta final, la de los mil significados y necesidades, fue tan ganada por España como perdida por la Argentina."

jueves, 20 de noviembre de 2008

el mundo está loco

Tras ver esta noticia es difícil darle importancia a nuestros problemas diarios que normalmente ocupan nuestra cabeza.

Parece mentira que sigan sucediendo ciertas cosas en el mundo.

Y lo peor, es pensar en todas esas cosas que no vemos. Y que tengan que verlo ojos tan bonitos como éstos.


Foto de un niño de un campo de refugiados cerca de Kabul, Afganistán.

a la vejez...

Ayer pasé la tarde en una residencia de ancianos; una bastante buena, por lo que la gente que estaba allí estaba muy bien cuidada. Y sí, todo suena bien, pero te da que pensar.

Ves a gente que probablemente podría contar mil y una historias sobre todo lo que ha vivido y ahora están, en el mejor de los casos, simplemente mayores, y en el peor, no saben ni quiénes son ni dónde están.

Siempre he querido llegar a la vejez y tener una vida larga, pero hay momentos en que como el de ayer, me pregunto si merece realmente la pena.

martes, 18 de noviembre de 2008

y en verdad tenía una isla

Estando de vacaciones en Tampere (Finlandia) me dijeron, "mañana iremos a pasar el día a la casa que tiene en su isla". Os podéis imaginar la cara que se me quedó. Aquí en España como mucho la gente tiene una casa en el pueblo o en la montaña; pero no en una isla.

Pero allí, por lo visto, es algo muy común. Según me contaron es algo que hace la gente cuando se jubila si tiene ahorros, se compra una pequeña islita en uno de los muchos e inmensos lagos que hay en ese paraíso llamado Finlandia.

Es una sensación extraña, llegas a un pequeño embarcadero, te montas en una barca y ya está rumbo a la isla. Y allí estás, tú solo. Una casita de madera y por supuesto, una sauna, que para hacerlo bien, tienes que bañarte en el lago para refrescarte...

Lo dicho, un auténtico paraíso... y es que hay tanto mundo por ver.

lunes, 17 de noviembre de 2008

ETA está en todos lados

Son muchos los que dicen que no se debería hablar de ETA en los medios de comunicación, por todo eso de no dar eco a sus noticias. Sin embargo, estos días son todo noticias sobre la banda.

Hoy es noticia que han detenido en Francia al líder militar, 'Txeroki' y a su mujer (presuntamente también parte de la banda). La pasada semana estuvimos a vuelta con la no presencia de De Juana Chaos en la Audiencia Nacional y la polémica que se está montando en Irlanda del Norte. Además, por si esto fuera poco, resulta que Josu Ternera también se desvincula de la banda por un cáncer de estómago.

Seguro que a ETA les gustaría estar en los medios por otras razones diferentes a las citadas. Para el resto de la sociedad española, estas son las mejores noticias que se pueden recibir de la banda.

viernes, 14 de noviembre de 2008

¿euskadi, euskalerría o lo que se tercie?

Ahora es cuando me hago un lío.

Ayer salió la noticia de que la inmensa mayoría de los jugadores vascos habían firmado un comunicado en que decían que no jugarían con la selección de su región, el País Vasco, hasta que no se reconozca cómo Euskalerría.

Pues bien, hoy resulta que Vicente del Bosque ha convocado a la selección a Fernando Llorente, uno de los firmantes del comunicado. Y ante tal situación, Llorente ha dicho que está muy feliz, que es con lo que sueña desde pequeño...

A ver señores, aclárense. Porque si causa la vasca les importa tanto como para firmar un comunicado, saliéndose de lo que es su tarea, jugar al fútbol y meterse en cuestiones políticas que no se si les merece la pena, ¿qué hacen jugando con la selección española?

jueves, 13 de noviembre de 2008

a vueltas con la entrevista

El asombro se apodera de mí cuando veo la dimensión que ha tomado una ... digamos 'reivindicación' acerca de la próxima entrevista de Julián Muñoz.

Y es que por lo visto, desde varios sectores de la prensa y de la crítica televisiva se ha comenzado una campaña para que la gente no vea la entrevista al ex-alcalde de Marbella. Un ejemplo es el que ha realizado Antonio Rico, y hasta tal punto ha llegado esta situación que han creado una página plataforma de la 'causa'.

Sus argumentos, tienen bastante lógica y no mentiré, estoy bastante de acuerdo con lo que dicen; pero sinceramente, que se usen las posibilidades de comunicación que proporciona internet para semejante 'evento' me parece bastante ridículo.

¿Qué la televisión de hoy en día deja mucho que desear? Pues claro, eso muy poca gente lo duda. Por eso hay algunos, entre los que me incluyo que directamente no la ven (salvo casos puntuales obviamente) y usa internet como sustituto. Pero hay quién sabe que no es una televisión de calidad, pero la ve, porque no tiene nada mejor que hacer, y es simplemente una manera de evadirse de la realidad del día a día.

Y si tienen que elegir entre un programa en que les dicen que su vida será una mierda por culpa de la crisis o un programa en que se destripa la vida ajena, entiendo la decisión.

Quizás lo más llamativo del asunto haya sido la suma que le van a dar al ex-edil, sobre todo con la que está cayendo; pero no seamos ingenuos, si le pagan esos 350.000€ es porque piensan rentabilizarlos. Muchos dirán que además de la oferta y demanda, habría que tener en cuenta la ética, que es donde más inciden los iniciadores de la 'causa', pero eso, no nos engañemos, no se lleva en el mundo de hoy.

martes, 11 de noviembre de 2008

'semos' los mejores ... ¿y ahora qué?

Pues sí, ya tenemos silla, con voz y voto en la reunión del G20+1 del próximo fin de semana. Cosa de la que me alegro, porque después de todo el revuelo que se ha montado, como para no haber ido.

Pero, ¿y ahora? Que quieren que les diga, personalmente creo que en esta reunión de 48 horas, no se puede 'refundar el capitalismo', tal y como dijo Sarkozy. Cómo mucho empezarán a comentar que es lo que ha pasado y tratarán de buscar los errores que se cometieron, con eso ya me conformaría, porque sabiendo donde está el fallo, siempre es más sencillo buscar la solución.

Aunque sinceramente, no tengo demasiadas esperanzas en esa reunión de la 'chupi-pandi'. Me da la sensación de que les encanta reunirse para congratularse y jactarse de lo importantes que son, porque ya me dirán como los presidentes de USA, Argentina, UK, Francia, Italia, España, China, India o Alemania, entre otros, pueden ponerse de acuerdo en algo relacionado con la economía.

En lo que se refiere a nuestro querido ZP, solo espero que como dice 'Herrerita', no saque la guitarra y aproveche sus minutitos de gloria para decir cosas coherentes, y no consiga que se arrepienten de haberle cedido la famosa silla.

Y por cierto, a partir de ahora ¿a cuánta gente tendrá ZP que devolverle favores?

domingo, 9 de noviembre de 2008

guerra

Cuando vives en una guerra constante te haces muchas preguntas.

Cada día te planteas si será día de tregua o si habrá un ataque por alguna de las partes; incluso te planteas si estás tu mismo dispuesto a empezar una buena batalla.

Pero pese a todo, pese a lo dificil que pueda parecer caminar mirando siempre a tu espalda, uno acaba por acostumbrarse y llega un momento en que las balas te rebotan, y sientes que puedes caminar por encima del campo de minas sin que ninguna te explote.

En ese momento, te das cuenta de que la guerra te importa un bledo.



"Aquello que no nos mata nos hace más fuertes"

miércoles, 5 de noviembre de 2008

yes, we can

Por fín, tras varios meses de noticias, rumores, debates y encuestas, Estados Unidos ya tiene nuevo presidente. He de confesar que ante los dos candidatos, como la mayoría de los europeos, prefería que ganara Barack Obama. ¿Por qué? No sabría exactamente decirlo, al menos no argumentándolo con un programa político.

Pero creo que Obama ha encarnado la vuelta a ese sentimiento de fe en las ideas, de fe en la política. Tras muchos años en que política ha estado ligado a aprovecharse del sistema, a mirar por el bien propio antes de por el bien común, Obama ha conseguido que la gente vuelva a pensar que otro mundo es diferente, que se puede cambiar y que otra manera de gobernar es posible. Y eso ha convencido a los norteamericanos y la mayor parte del mundo.

Ahora queda lo más complicado, llevarlo todo de las ideas a los hechos. Pero démosle el beneficio de la duda... y es que mucho peor que George W. Bush no podrá hacerlo.

martes, 4 de noviembre de 2008

señales

Había un hombre que vivía junto al río; un día oyó un parte en la radio que decía que el río crecería, que inundaría el pueblo y que todos los habitantes debían abandonar sus casas. Pero el hombre dijo: “Soy creyente, Dios me ama, rezaré, y Dios me salvará”.

Las aguas crecieron, pasó un tipo en una barca y le dijo: “eh tú, el pueblo se ha inundado, deja que te ponga a salvo” y el hombre gritó: “Soy creyente, Dios me ama, rezaré, y Dios me salvará”

Un helicóptero le sobrevoló y un tipo con un megáfono le dijo: “eh tú, el de ahí abajo, el pueblo está inundado, deja que te tire esta escalera y te salvaré”. Pero el hombre le dijo: “Soy creyente, Dios me ama, rezaré, y Dios me salvará”

Al final, el hombre se ahogó. Y ante las puertas de San Pedro, pidió una audiencia con Dios. Le dijo: “Señor, soy creyente, rezo, creía que me amaba, ¿por qué ha pasado esto?”. Y Dios le dijo: “te envié un parte meteorológico, un hombre en un bote y un helicóptero, ¿qué diablos estás haciendo aquí?”

El Ala Oeste de la Casablanca 1x14




Es curioso, ayer viendo este capítulo, esta especie de historia (que no chiste) me impactó. No tanto desde el punto de vista religioso, si no más bien en lo que se refiere al tema de las 'señales'.

A veces, ante una decisión difícil esperamos algún tipo de señal que nos indique el mejor camino, pero claro, esperamos una señal en concreto; y por desgracia, eso no siempre sucede. La verdad es que intentamos que 'otros' tomen las decisiones por nosotros, ya que siempre resulta mucho más fácil culpar a alguien que no sea nosotros mismos de habernos equivocado.

Siempre resulta más difícil analizarse a uno mismo, sus verdaderos deseos y miedos, que tomar una decisión basándonos en si el viento sopla del este o del oeste.

domingo, 2 de noviembre de 2008

primer post...

Bueno, aquí comienza esta andadura que no se muy bien en qué deparará.

Inicialmente, simplemente quiero que sea un lugar donde pensar 'en voz alta' y donde poder aportar mi punto de vista del mundo.

Así que sin más, que comience el espectáculo.