jueves, 31 de diciembre de 2015

Me gusta tener rutinas, y hacer balance de los propósitos del año que se acaba, pese a todo lo que ellos supone. Así que vamos a ello:

1. No hacer nada por compromiso >> y mis "disgustos" me está costando
2. Sacar el C1 de inglés para poder pasarme al alemán de verdad >> conseguido!!!!
3. Reducir la lista (ahora hay 900 acumuladas... ¿llegaremos a 800?) >> crece y crece...
4. Mejorar la alimentación >> poco a poco sí, pero no lo que debiera
5. Cuidar a los pocos amigos de verdad >> parece que sí.. aunque no es fácil discernirlos a veces
6. Ser mejor persona con mis padres >> se hace lo que se puede
7. Ir a Salamanca (este año si, por favor!!!) >> conseguido!!!!
8. Decidir si tener gato o no. XDDDD >> la vagancia me invita al no
9. Seguir yendo al gimnasio >> ahí seguimos
10. Ser feliz pase lo que pase >> ha sido fácil, porque las cosas han ido bien

Es difícil hacer propósitos para el año próximo cuando las cosas están yendo bien, uno tiene miedo que si desea demasiado lo conseguido se pierda. He de confesar que no me puedo quejar, así que mi mayor deseo es que las cosas sigan como están. Pero por desgracia, mantener la situación actual no solo depende de mí, pero habrá que poner todo de mi parte. Por ello, este año solo 5 propósitos, para que los otros 5 se aglutinen en el de intentar que todo siga igual.

0. Poner todo de mi parte para que las cosas no cambien.
1. Estudiar, estudiar y estudiar.
2. No dejar que el polvo en casa me coma (hacer un poco cada día)
3. Mantener la rutina de gimnasio (en el fondo sé que me viene bien)
4. Sacarle más provecho a la tmx.
5. Ser fiel a mí misma, pese a quién pese.

Y con ésto, damos por cerrado el 2015.

jueves, 24 de diciembre de 2015

ceder o no ceder... esa es la cuestión

No es fácil ceder, lo sé, supone cierto grado de generosidad y sacrificio que no todo el mundo está dispuesto a asumir. Pero cuando de la negociación dependen los presupuestos de una ciudad, una comunidad autónoma o el gobierno de un país, creo que lo menos que nos merecemos los ciudadanos es que nuestros representantes se sienten y estén dispuestos a hablar.
Parece llevamos en nuestros genes la política de bandos, el "conmigo o contra mí", que yo solo puedo ganar si mi contrario pierde; y esa es precisamente la vieja política que muchos queremos dejar atrás.
He oído decir que la transición es un período de la historia de España sobrevalorada, ya que no había otra opción que llegar a acuerdos porque era el mal menor (imagino que el mal mayor era seguir en la dictadura); sin embargo, sea por lo que fuera, esas personas cedieron, y con el paso de los años, no solo se consideran ganadores, si no que fue el pueblo quien venció.
Si los políticos actuales no se dan cuenta que estamos ante un punto de inflexión de nuestra historia, en que precisamos que se lleguen a grandes acuerdos, estaremos abocados a un desgobierno que puede sumirnos en la desconfianza y el revanchismo.