Me gusta tener rutinas, y hacer balance de los propósitos del año que se acaba, pese a todo lo que ellos supone. Así que vamos a ello:
1. No hacer nada por compromiso >> y mis "disgustos" me está costando
2. Sacar el C1 de inglés para poder pasarme al alemán de verdad >> conseguido!!!!
3. Reducir la lista (ahora hay 900 acumuladas... ¿llegaremos a 800?) >> crece y crece...
4. Mejorar la alimentación >> poco a poco sí, pero no lo que debiera
5. Cuidar a los pocos amigos de verdad >> parece que sí.. aunque no es fácil discernirlos a veces
6. Ser mejor persona con mis padres >> se hace lo que se puede
7. Ir a Salamanca (este año si, por favor!!!) >> conseguido!!!!
8. Decidir si tener gato o no. XDDDD >> la vagancia me invita al no
9. Seguir yendo al gimnasio >> ahí seguimos
10. Ser feliz pase lo que pase >> ha sido fácil, porque las cosas han ido bien
Es difícil hacer propósitos para el año próximo cuando las cosas están yendo bien, uno tiene miedo que si desea demasiado lo conseguido se pierda. He de confesar que no me puedo quejar, así que mi mayor deseo es que las cosas sigan como están. Pero por desgracia, mantener la situación actual no solo depende de mí, pero habrá que poner todo de mi parte. Por ello, este año solo 5 propósitos, para que los otros 5 se aglutinen en el de intentar que todo siga igual.
0. Poner todo de mi parte para que las cosas no cambien.
1. Estudiar, estudiar y estudiar.
2. No dejar que el polvo en casa me coma (hacer un poco cada día)
3. Mantener la rutina de gimnasio (en el fondo sé que me viene bien)
4. Sacarle más provecho a la tmx.
5. Ser fiel a mí misma, pese a quién pese.
Y con ésto, damos por cerrado el 2015.
jueves, 31 de diciembre de 2015
Etiquetas:
desvaríos
jueves, 24 de diciembre de 2015
ceder o no ceder... esa es la cuestión
No
es fácil ceder, lo sé, supone cierto grado de generosidad y sacrificio
que no todo el mundo está dispuesto a asumir. Pero cuando de la
negociación dependen los presupuestos de
una ciudad, una comunidad autónoma o el gobierno de un país, creo que
lo menos que nos merecemos los ciudadanos es que nuestros representantes
se sienten y estén dispuestos a hablar.
Parece
llevamos en nuestros genes la política de bandos, el "conmigo o contra
mí", que yo solo puedo ganar si mi contrario pierde; y esa es
precisamente la vieja política que muchos
queremos dejar atrás.
He
oído decir que la transición es un período de la historia de España
sobrevalorada, ya que no había otra opción que llegar a acuerdos porque
era el mal menor (imagino que el mal
mayor era seguir en la dictadura); sin embargo, sea por lo que fuera,
esas personas cedieron, y con el paso de los años, no solo se consideran
ganadores, si no que fue el pueblo quien venció.
Si
los políticos actuales no se dan cuenta que estamos ante un punto de
inflexión de nuestra historia, en que precisamos que se lleguen a
grandes acuerdos, estaremos abocados a
un desgobierno que puede sumirnos en la desconfianza y el revanchismo.
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