Lo confieso.
Cuándo era joven e idealista, valoré la posibilidad de meterme en política, cómo medio para intentar cambiar las cosas.
Ahora, el trabajo y ciertas amistades me ha acercado a ese mundo.
Y de decir, qué cuánto más conozco de cómo funcionan las cosas en la "política de base" más me alegro de haberme mantenido al margen y de poder mantener un poquito de esa inocencia e idealismo.
viernes, 5 de marzo de 2010
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