sábado, 10 de enero de 2015

je suis....

Lo pasado esta semana en París está siendo y será narrado, explicado y razonado por verdaderos expertos de lo que intentaremos sacar conclusiones... pero, al final de todo, nada justifica el asesinato.

Lo que me llama más la atención de este caso, es como alguien, que vive en Europa, con costumbres occidentales, que conoce las oportunidades de la vida moderna, decide renunciar a todo eso, por una causa que niega el desarrollo actual, a favor de una forma de vida casi mediaval.

Entiendo que hay gente desnortada, sin expectativas, en busca de alguien a quién su vida le importe, pero ¿merece la pena? Es bonito pensar qué estás luchando por algo superior, que tienes de tí a un Dios que te respalda. Pero si ese Dios existiera, ¿apoyaría tu lucha? ¿apoyaría que asesinaras a gente indefensa? ¿a gente de tu misma confesión?

Incluso intentando ponerme en el lugar de esas personas, no encuentro las razones por las que es mejor matar a miles de musulmanes, por el simple hecho de que no ven el Corán de la misma manera que lo ves tú.

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