miércoles, 5 de agosto de 2009

historias de biblioteca III

EL FETICHISTA

(Anécdota personal: el relato entero en sí, es una gran anécdota)

Este es un caso de los que espero sean exclusivos de mi biblioteca. Inicialmente, solo era un tipo raro, que entraba y se recorría un par de veces la sala de estudio antes de sentarse (incluso cuándo estaba medio vacía). Observando un poco su comportamiento, podías ver como se retorcía en la silla, hasta límites insospechados para poder mirar los pies de las chicas, ‘curiosamente’ siempre se sentaba cerca de alguien que llevaba sandalias o chanclas.

La cuestión comenzó a ponerse más bizarra cuando tras seguir observándole, pudimos ver como dejaba siempre su mochila en el suelo y la movía ligeramente, como buscando el mejor ángulo. La ‘teoría’ estaba sobre la mesa, ¡tenía una cámara!

Pues bien, un día me senté y con tan buena suerte que me da por mirar para atrás y le tenía a mi espalda, con la mochila en el suelo, por supuesto. Me agaché y ¡zas! Pude ver lo que a todas luces parecía un objetivo. En aquél momento no sabía muy bien que hacer… así que tras pensarlo en un rato, cogí un trozo de papel, escribí ¡PILLADO! y me lo pegué a la pernera del pantalón. Según me comentaron, tras ‘revisar’ la mochila, empezó a buscar el papelito. El caso es que desde entonces, no ha vuelto a aparecer; aunque lo estamos deseando, porque hay voluntarios para cogerle la mochila….

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