La Navidad, esa gran odiada y esa gran querida a partes iguales.
Siempre me ha sorprendido la ambivalencia que produce esta época del año; poca gente se mantiene neutra, o le encanta o la detesta. Ambas posturas me parecen igualmente respetables por supuesto, pero lo que más me sorprende es la falta de coherencia en ciertas personas.
A mí no me disgusta la navidad. No por el tema religioso, que para que negarlo, no lo tengo presente en ningún momento; si no porque me gusta cómo "excusa" para que se junte todo el mundo, para desearse buenos deseos y para qué negarlo, para hacerse regalos.
¿Consumismo? ¿falsedad? puede que sí; pero me parece mucho más grave que ciertos ayuntamientos se nieguen a poner luces qué contengan algún símbolo religioso y sin embargo, organicen una cabalgata de Reyes. ¿Acaso los Reyes Magos no están cargados de simbolismo religioso?
En fin, cada uno que viva la Navidad cómo quiera y qué deje vivirla a los demás también.
domingo, 27 de diciembre de 2009
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