lunes, 2 de febrero de 2009

todo por mi media naranja

Tengo una libreta donde hay metida toda clase de recortes, frases y demás tonterías; buscando una cosa, me encontré con este artículo, que recuerdo que lo recorté de un periódico universitario... y me he dado cuenta que hay pocas cosas que cambien.

"Últimamente no ligo nada, y tengo una edad en la que carecer de novio o pareja esporádica significa para muchos que o eres rara o muy fea o te gustan las personas de tu mismo sexo. Esta condición de "sin pareja" está cambiando mi vida, ya que he empezado a hacer cosas fuera de tono para que alguien del sexo contrario se interese en mí.

Ya no busco un físico determinado, ni que tenga pasta y un buen coche, ni que sea simpático, ni que sea el amor de mi vida y me repita hasta la saciedad cómo palpita su corazón cuando me mira a los ojos.

Ya sé que entonces se podría pensar que solo busco sexo. No, tampoco es eso. Simplemente me horroriza que me tachen de rara y decidí cambiar.

Hasta entonces era una chica normalita, de las que pasan inadvertidas. Así que me teñí el pelo de amarillo pollo, me puse unos clips, unas gafas de pasta años 70 y salí a la calle con semblante de ir colocada. Conseguí que un rasta me invitara a un porro en la parada del autobús y que un par de personas mayores dijera, "dónde va a ir a parar esta juventud".

También puse un anuncio en una página web buscando contactos. Por aquella canción de Sabina que dice que puso un anuncio para buscar pareja, le salió bien y acabaron teniendo estufa, dos gatos y tele en color. Pero a mí no me funcionó. Sería muy largo de enumerar el sinfín de tonterías que llegué a hacer.

Un buen día me cansé de tanto comportamiento absurdo y decidí ser yo, pasando de complejos. El otro día, en una situación absurda (se me calló un zapato debajo del autobús y empecé a gritar), un chico normalito me lo recogió amablemente. Hablamos del tiempo, de la circulación, de la contaminación. Y quedamos en vernos la semana que viene. Increíble ¿no? En fin, no sé que saldrá de aquí. Pero al menos he vuelto a pensar que lo que vale la pena es que alguien te quiera y que si tiene que llegar, llegará, tarde o temprano. Y después de todo, he descubierto que el pelo color amarillo pollo no me queda tan mal"

Nuria Toril

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