
Lo que me ha hecho que pensar es que haya sido una Caja.
Hace años, hice en la facultad una asignatura que se llamaba 'Mercado e Instituciones Financieras' o algo así; allí te explicaban más o menos como funcionaban los mercados, su origen y desarrollo. La cuestión es que en aquel momento, quizás fruto de la inocencia de aquellos años, me pareció idílica la idea de las Cajas; unas entidades que debían de destinar parte de sus beneficios a acciones sociales. Así que en cierta manera, ser parte de ellas, era una manera de ser solidario.
Ahora mismo me hace gracia mi 'lógica aplastante'; pero el caso es que aún cuando ahora soy bastante más consciente de que la diferencia entre Cajas y Bancos no es tan abismal, sigo teniendo mi dinero en Cajas. Quizás sea porque nunca he tenido demasiado dinero, entonces tampoco he tenido que tomar grandes decisiones financieras, pero supongo que en el fondo, una parte de mí sigue pensando que son las pequeñas decisiones las que marcan la diferencia.
En fin, como dice un amigo mío, la ingenuidad, y sobre todo la estupidez es algo que se cura con la edad.