lunes, 20 de julio de 2009

historias de biblioteca II

Sigamos con la 'fauna' de la biblioteca:

LOS DE LOS RUIDITOS

Todos somos maniáticos; sí, todos tenemos nuestras pequeñas idiosincrasias. Pero cuando uno está en una biblioteca, tiene que controlarse.

Pero esta especie no, esta especie está por encima del bien y del mal, y es capaz de estar durante 15 minutos moviendo la pierna, pero no moviéndola silenciosamente, si no rozándola contra la silla. Ni las miradas de odio del resto de la sala, ni las toses forzadas hacen que se de cuenta de nada. Pero no son los únicos, están los que por lo visto, no se concentran si no le dan continuos golpecitos al boli contra la mesa.

Dentro de éstos, hay una subespecie, conocidos como los cascabeleros. ¿Por qué alguien tiene la necesidad de que ir anunciando por dónde va con un cascabel? Nunca lo entenderé, y mucho menos que vayas a una biblioteca con él y mientras lo meneas, bien porque está en una pulsera, en el móvil o en la mochila, no pienses que estás molestando.

(Anécdota personal: cuándo una chica se puso a comer pistachos, fue cuando me dí cuenta que llevarme los auriculares a la biblio era esencial)

LOS INGENIEROS

Este colectivo es muy extenso, pero en concreto me refiero a los Ingenieros Industriales. Estos personajes son fácilmente reconocibles por esa ‘macro-calculadora’ que siempre llevan con ellos, vaya donde vayan.

En general son un colectivo bastante endogámico, solo hablan y se sientan entre ellos; además de que solo he visto ingenieros emparejados con ingenieros (será para mejorar la especie). También destacan por tener un espíritu de autosuficiencia por encima de lo normal.

Todo esto hace que sea gente que no caiga especialmente bien entre el colectivo estudiantil.

(Anécdota personal: no soy ingeniero, así que nunca he tenido relación con ellos, salvo este pasado fin de semana que conocí un par de ingenieros.. pero iban algo borrachos, así que creo que no cuentan.)



(Durante la redacción de esta entrada no se ha dañado a ninguno de los personajes señalados, ni se ha pretendido herir a los mismos, solo se pretende sacar algo provechoso de las horas pasadas en la sala de estudio)

1 comentario:

Nym dijo...

Ay, los de los cascabeles, cómo me han hinchado las pelotas en múltiples ocasiones... Además, si no te queda más remedio que ir a estudiar a la biblioteca de Bellas Artes porque es la única que tiene aire acondicionado, dos de cada tres bellasarteros tienen algún tipo de cascabel, campanilla o cencerro colgando de alguno de sus andrajos-rastas-pintasraras.

Lo peor de los golpeadores de boli no es cuando lo hacen en la biblioteca, no. Lo peor es cuando entras a hacer tu examen de oposición, cagada de nervios, y el HIJOLAGRANPUTA que tienes sentado al lado empieza a hacer tic-tic-tic con el boli contra la mesa. Creo que nunca en mi vida acumulé tanto odio.