El verano tiene muchas cosas buenas, pero hay una consecuencia del verano que se hace bastante desagradable. Y es que el calor hace que no pasen inadvertidos los abandonos higiénicos de la gente.
Cierto que durante el día se pasa calor, y a todos nos ha pasado de llegar a casa tras una jornada dura de sol a sol y no precisamente oler a rosas. Pero a ver, no es lo mismo, me refiero a ese olor denso y rancio que nos indica que ya se ha aposentado e instalado.
No es que yo sea un dechado del aseo, pero vaya, la duchita de por la mañana no me la quita nadie ¿tanto le cuesta eso a la gente?
viernes, 17 de julio de 2009
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