Por fín, tras varios meses de noticias, rumores, debates y encuestas, Estados Unidos ya tiene nuevo presidente. He de confesar que ante los dos candidatos, como la mayoría de los europeos, prefería que ganara Barack Obama. ¿Por qué? No sabría exactamente decirlo, al menos no argumentándolo con un programa político.
Pero creo que Obama ha encarnado la vuelta a ese sentimiento de fe en las ideas, de fe en la política. Tras muchos años en que política ha estado ligado a aprovecharse del sistema, a mirar por el bien propio antes de por el bien común, Obama ha conseguido que la gente vuelva a pensar que otro mundo es diferente, que se puede cambiar y que otra manera de gobernar es posible. Y eso ha convencido a los norteamericanos y la mayor parte del mundo.
Ahora queda lo más complicado, llevarlo todo de las ideas a los hechos. Pero démosle el beneficio de la duda... y es que mucho peor que George W. Bush no podrá hacerlo.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario